domingo, 27 de mayo de 2012

Muere después de 12 horas de sexo


En Rusia, un hombre perdió la vida luego de participar en un maratón de sexo durante 12 horas seguidas, en las cuales utilizó pastillas de viagra para poder mantenerse activo.

Según la policía, Sergey Tuganov, de 28 años, quería demostrar su capacidad viril en un apuesta que hizo con dos amigas. Mecánico de profesión, el ruso aceptó el reto de dos mujeres que le aseguraban que no podría aguantar mantener relaciones con ellas durante 12 horas sin parar. De ganar, el premio sería de unos 5 mil dólares. Tuganov sabía que sería imposible mantener una erección durante tanto tiempo, por lo que se preparó con una cuantiosa dosis de las pastillas azules, sin embargo, tras la maratoniana sesión, su corazón dejo de funcionar y perdió la vida por un ataque cardiaco fulminante.

Alina, una de las chicas participantes, fue la que llamó a la policía de Moscú luego de que Sergey se desvaneciera minutos después de ganar la apuesta. Cuando los servicios médicos llegaron al lugar ya era demasiado tarde, y sólo se llevaron el cuerpo del hombre, que en opinión de muchos, sufrió una de las muertes más felices.

martes, 1 de mayo de 2012

Tiene fobia a los botones

Louise Francis padece un extraño mal psicológico desde los siete años, cuando participó con sus amigas a un juego que involucraba los botones con situaciones de miedo.

Tiene ataques de pánico por el simple hecho de contemplar un botón, aunque ella admite que es un comportamiento irracional, pero que no puede controlar.

"Es posible desarrollar una fobia acerca de casi cualquier cosa, aunque en este caso se trate de algo poco común. Ella fue capaz de identificar el origen de su fobia, por un evento infantil desagradable asociado con botones, es absolutamente típica", explicó el Doctor Dawn Harper, especialista en fobias.

"Es fácil burlarse de su fobia, ella misma admite que su comportamiento es irracional, pero los síntomas de pánico son muy reales e incontratables para ella, y ha hecho lo correcto buscando ayuda psicológica", añade el especialista.

En una ocasión sufrió un episodio muy vergonzoso cuando realizaba compras en una tienda, se disponía a pagar y vio que el cajero tenia en la muñeca una pulsera hecha de botones. "Su pulsera se me acercaba cada vez que pasaba mis compras por el scanner, y no podía mantener la calma. Todo el mundo me miraba y me entró el pánico y tuve que salir corriendo sin mis cosas", relataba Louise.

Afortunadamente para ella su hija le esta ayudando de una forma indirecta con una terapia un tanto curiosa y algo cruel. Cada vez que su madre le riñe o le castiga le enseña un tarro lleno de botones, haciendo que huya de pánico. Este hecho le ha obligado enfrentarse a su fobia.

El frasco de botones que usaba su hija comenzó a perder efectividad, y Louise asegura que aun no ha superado completamente su fobia, pero ya es capaz de tomárselo con humor.