domingo, 15 de septiembre de 2013

Lo ultimo en belleza: Arrugas qe se tratan con fuego


Salones de belleza chinos afirman contar con uno de los mejores tratamientos para eliminar la flacidez y las arrugas: el "fuego facial".

El "hu Liao" o "tratamiento de fuego", también puede ayudar a combatir la obesidad e incluso curar un resfriado común, aseguran.

El procedimiento consiste aplicar una toalla empapada en alcohol y un elixir especial a la piel para luego prenderla fuego. A continuación las llamas se propagan por las áreas donde se aplicó el elixir. El tratamiento estimula la piel, es antiarrugas y ayuda a combatir la flacidez.

Según los salones de belleza chinos, se trata de un procedimiento seguro siempre y cuando se lleve a cabo cuidadosamente y lo realice un terapeuta profesional. Además, puede también llevarse a cabo en otras partes del cuerpo, como por ejemplo, la espalda.

Según reseñó El Huffington Post y Mail Online, el tratamiento estimula la piel, da brillo y elimina las arrugas. Otros informes indican que curan todo, desde un resfriado hasta ayudar a adelgazar.

El autor de Real Cause, Real Cure, Jacob Teitebaum, indicó a Shine que nunca se realizaría el tratamiento pues no considera necesario prender en llamas la toalla, aunque explicó que “el calor extremo desencadena una respuesta de adrenalina que puede cambiar la química del cuerpo, mejorando síntomas como la indigestión y el metabolismo lento”.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Usó gratis durante 7 años ambulancias como taxis



Audrey Ferguson, de 51 de edad y residente del condado de Dorchester, Carolina del Sur (EE.UU.), encontró una manera muy peculiar de desplazarse a una ciudad vecina sin tener que pagarlo. Durante siete años usó gratis ambulancias como taxis.


Según comunicó la policía local a la cadena ‘Live 5 News’, recurrió a este tipo de transporte en más de 100 ocasiones. El esquema fue muy simple: llamaba al 911 y presentaba alguna queja confusa sobre su estado de salud, por ejemplo, denunciaba dolores fuertes en el abdomen. Cuando los médicos llegaban, les repetía lo mismo y pedía que la llevaran a un hospital.

Como sus síntomas no podían dar un cuadro claro sin un examen médico más detallado, la ambulancia no tenía otra opción que satisfacer su pedido. Casi siempre se trató del mismo hospital, uno grande, con equipamiento suficiente para implementar las pruebas necesarias, ubicado en el centro de Charleston, la capital del condado vecino homónimo.

En un momento los médicos descubrieron que, una vez en Charleston, Ferguson jamás pasaba un chequeo médico. Decía al personal del hospital que se sentía mucho mejor y se iba. Según comentan los equipos de ambulancia, en la mayoría de los casos veían a la mujer abandonar la clínica antes de poder completar el informe sobre su 'entrega'.

Al analizar el historial de las llamadas de Ferguson, el servicio local de emergencia optó por denunciarla ante la Policía. Cuando a principios de abril la mujer volvió a llamar a la ambulancia, los médicos la atendieron y la llevaron al hospital, donde se repitió la historia de siempre. Bajó del vehículo, dijo a la enfermera que estaba bien y se fue. Apenas salió, llamó a su hijo y le dijo que necesitaba que la llevara luego a casa. Pero en este momento se llevó una sorpresa muy desagradable: se le acercó un agente y la arrestó.

En la comisaría, Ferguson comentó que usaba las ambulancias como taxis porque no tenía coche, pero como su seguro médico cubría los desplazamientos en ambulancia, para ella era la única forma de ir de una ciudad a otra. Han presentado cargos oficiales contra la mujer por uso ilegal de los servicios de emergencia. Por el momento no se sabe qué consecuencias podría afrontar.